Ignasi Aballí Sanmartí (Barcelona 1958) es un artista
contemporáneo próximo a las prácticas conceptuales que desarrolla su obra a
través de formalizaciones, técnicas y materiales diversos (Tipp-ex, luz, polvo,
retales de periódico etc.). Estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, ciudad en la que
vive y trabaja. Ha sido profesor en la Escuela
Massana entre los años 1990 y 2007.
Ha expuesto en museos nacionales e internacionales como el MACBA (Barcelona), Reina
Sofía (Madrid),
Fundació Serralves (Porto), Ikon
Gallery (Birmingham)) y ha colaborado en varias galerías y ferias
de arte.
Obra
Su obra es una reflexión sobre los límites de lo artístico y
su relación con la vida cotidiana, de donde el artista extrae la mayoría de sus
materiales. El devenir del tiempo se recoge en las huellas que dejan la luz, el
polvo, o incluso los restos de ropa que quedan en el filtro de la secadora, y
el filtraje de la memoria se aborda sobre todo desde la información de los
periódicos. La cantidad inasumible de información que nos proporcionan los
medios de comunicación se presenta en sus obras para su contemplación que,
aunque sosegada, no desvirtúa su esencia, la acumulación.
A menudo la obra se articula a partir de conceptos opuestos
como azar/control, efímero/permanente, presencia/ausencia. Algunas de las obras
están realizadas desde una actitud radical de no intervención, de dejar hacer,
de tal forma que el material se transforma sin la acción física del artista:
botes de pintura abiertos que se han secado, cartón teñido y transformado por
la luz, erc. Se trata de un proceso que, aunque abierto al azar, parte de una
metodología muy controlada y de unas condiciones previas que no deben
alterarse.
Otra de sus preocupaciones es la de mostrar la presencia de
las cosas a partir de su ausencia, como es el caso de una estantería vacía en
la que los estantes arqueados por el peso nos hablan de unos libros que no
están presentes, de los cuadros que se nos muestran a través de su reflejo en
el suelo del museo, o del espejo cubierto de Típp-Ex en el que se alude a la
imagen del propio artista que ha ido desapareciendo a medida que éste ejecutaba
la obra.
Otras obras están vinculadas al preciso espacio donde se
estén exponiendo y son concebidas entonces en relación a la arquitectura de
modo de que son creaciones efímeras, durando solamente el tiempo de la
exposición; los barnices aplicados directamente en la pared del museo, la
pintura arrancada de un espacio para volverla a utilizar en la pared de otro o
el rastro de las suelas de los zapatos apoyadas negligentemente en la pared,
son algunos ejemplos de ello.
Actualmente, expone en el Museo Reina Sofía: “Sin
principio/Sin final”. Ignasi Aballí propone una reflexión conceptual sobre la
representación y la percepción de medios como la pintura, el objeto, la
fotografía, la ficción, el cine o el vídeo. Su trabajo, iniciado en los años
80, inventa y reorganiza textos, imágenes, materiales y procesos, confrontando
la presencia y la ausencia, lo material y lo inmaterial, lo visible y lo
invisible, la transparencia y la opacidad, la apropiación y la creación. Así
relaciona el exceso de imágenes en la sociedad actual con la escasez de
significados que podemos atribuirles.
La muestra se centra en su producción de los
últimos diez años, presentando también algunas obras menos conocidas de
períodos anteriores. Se propone un recorrido articulado en torno a las ideas
estéticas del artista, que cuestionan el sistema de convenciones de la
representación de la obra de arte, a través de fotografías, vídeos e
instalaciones, esculturas, pinturas y collages, y con un ecléctico muestrario
de materiales no convencionales como hojas, polvo, óxido, metales, recortes de
periódicos o trozos de billetes de banco, que se convierten en fragmentos de
una poética crítica de las condiciones de representación de la vida y del arte
en el mundo contemporáneo.
Entre las cuestiones abordadas por la obra de
Aballí, podemos destacar el análisis del lenguaje y, más concretamente, la
relación entre texto e imagen, entre las palabras y las cosas o entre los
objetos y los términos que los definen. Algunas de las obras presentes en
la exposición que ilustran estos conceptos son, por ejemplo, la serie de las
denominadas Cartas de colores [Teoría] (2007) o las Vitrinas CMYK (2010),
cuatro vitrinas -una por cada color de las tintas que se utilizan en los
procesos de impresión- en las que el soporte convencional de la obra de arte se
convierte en la propia obra y cuya función no es la de mostrar sino la de
“demostrar” la paradoja de lo que no se ve.
Otra preocupación habitual en su trabajo es
la dicotomía entre presencia y ausencia, donde especula con las nociones de
desaparición, transparencia, invisibilidad e ilegibilidad. El resultado es una
serie de obras en las que, pretendiendo insinuar más que afirmar, la presencia
de los objetos es tan solo evocada. Es un singular juego con el espectador que
consiste en la búsqueda de la realidad y de la ficción, de lo visible y de lo
invisible, de lo transparente y de lo opaco o de lo que se muestra y lo que se
esconce. Ejemplo claro de esta práctica son entre otras series Tomar medidas
(2010), donde los aparatos de medición son los protagonistas, Entre
líneas (2011), instalación basada en el espacio vacío e ilegible de los
textos o la dedicada a las Dobles lecturas (2010), con alusiones a
autores como Bernhard o Joyce.
Destacar por último, tal vez como el elemento
intrínseco más característico de este artista, su necesidad de clasificar y
ordenar. Encontramos a un creador que colecciona, inventaría y dispone
meticulosamente las informaciones de los periódicos o recoge las imágenes
reproducidas hasta el infinito. Hablamos ahora de series como Terminologías
básicas del color, Listados, Mapamundi o Inventarios, realizadas
todas entre 1998 y 2015 y en las que la repetición insistente de motivos
iguales a primera vista lleva a la aparición de la diferencia.
Bibliografía:
Escrito por: Sonia Torres de Dios. 1ª
Fotografía.