“Pasé gran parte de mi vida siendo ignorado, pero fui feliz así. Ser
ignorado es un gran privilegio. Así aprendí a ver lo que los otros no ven y a
reaccionar de manera diferente. Simplemente contemplaba el mundo sin esperar
nada en concreto”.
Fotógrafo
y pintor norteamericano nacido en 1923 cuya obra puede considerarse pionera en el uso del
color y en la disposición pictórica de
sus composiciones. En muchas ocasiones
mezcló sus dos grandes pasiones, pues algunas de sus fotografías están pintadas
con acuarela y gouache.
Su contacto
con el color empezó muy pronto, en 1948, aunque el peso del blanco y negro
siempre ha sido muy importante en sus instantáneas. La fotografía en color de
Leiter, es especialmente valiosa si tenemos en cuenta que en esta época, la técnica
no contaba con la aceptación de la mayoría de sus coetáneos. La película a
color era considerada como la hermana pobre del artístico blanco y negro, y su
uso se restringía a la publicidad o a la moda, géneros tenidos por menores,
poco creativos. Sin embargo, las instantáneas de Leiter con sus composiciones
arriesgadas, sus influencias pictóricas y la tendencia a la abstracción superan
con creces cualquier prejuicio previo. Unas fotografías por las que vemos pasar
fragmentos de realidad y personas difuminadas.
Leiter
reconoce que “es posible que mi trabajo
represente una búsqueda de la belleza en los lugares más prosaicos y ordinarios”,
teniendo en cuenta que “no tengo ninguna filosofía.
Tengo una cámara. Miro a través de ella y hago fotografías. Mis instantáneas son
una pequeña parte de lo que veo y de lo que pudiera ser fotografiado. Son fragmentos
con posibilidades infinitas”.
Publicado por Beatriz Gama Montero.
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