Advertencia: este vídeo no es apto para estómagos sensibles y fans de Heidi (o, tal vez, sí).
Compañeros, mi contribución de octubre está dedicada a un artista español cuya obra gira en torno a la lucha contra la enfermedad, mental en su caso.
David Nebreda nació en Madrid en 1952, estudió Bellas Artes y, a los diecinueve años, le fue diagnosticada esquizofrenia paranoide. Tras probar, sin éxito, la terapia clínica y la medicación, decide encerrarse en un piso de Madrid cuya dirección nadie conoce, ajeno a los medios informativos y a la realidad cotidiana, sin tomar pastillas ni tener relación con otros seres vivos; se hace vegetariano y se somete a ayunos extremos y autolesiones; desciende a sus infiernos personales, en un intento por enfrentarse a los fantasmas que su cerebro dañado crea y, tal vez de ese modo, ahuyentarlos y conseguir curarse a través del arte. De formación autodidacta en el terreno fotográfico, sus imágenes constituyen, además de documentos excepcionales donde muestra la deriva terrible de su enfermedad - paranoia, desdoblamiento, psicosis, alucinaciones... -, obras de arte que destacan por la perfección técnica y la meticulosa composición, produciendo emociones intensas en el espectador: fascinación, horror, rechazo...
La obra de Nebreda no deja indiferente y, además, invita a reflexionar sobre el papel que el artista ejerce en el mundo contemporáneo, retomando, a su vez, el debate en torno a la belleza y la fealdad en su expresión extrema: el asco.
José Daniel García
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