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domingo, 31 de marzo de 2013

Un Cordobés Premio Nacional de Fotografía


"Los desastres de la Guerra"




 Hace unos días 'El País' publicaba unas imágenes de soldados españoles torturando a presos iraquíes. Y de todo esto sale un nombre o mejor dicho un hombre… Gervasio Sánchez.

Hechos de los que Gervasio Sánchez era conocedor desde hace años. Su traductor, Al Mayali, denunció torturas y trato degradante durante cuatro días. "Fue golpeado por oficiales del CNI, siendo acusado del asesinato de siete personas sin ningún tipo de pruebas".

Tras las denuncias de Al Mayali, Sánchez dio a conocer los hechos en los medios de comunicación. "Le mandé una carta al entonces presidente Zapatero y al ministerio de Defensa. Tengo constancia de que leyó la carta en un avión de Zaragoza a Madrid. Él conocía el caso Al Mayali".

Pero lo que viene al caso para nuestro propósito es el fotógrafo Gervasio Sánchez. Un Cordobés Premio Nacional de Fotografía en 2009. Actualmente reside en Zaragoza. Ha cubierto como reportero gráfico la mayor parte de los conflictos armados de América Latina y la Guerra del Golfo desde 1984 hasta 1992, a partir del cual pasó a cubrir la Guerra de Bosnia y el resto de conflictos derivados de la desfragmentación de la antigua Yugoslavia. También ha cubierto diferentes conflictos en África y Asia.

Ha trabajado para diferentes medios, aunque usualmente lo ha hecho como periodista independiente. Entre los periódicos para los que ha trabajado destaca "Heraldo de Aragón" (a partir de 1988) y El Magazine de La Vanguardia (desde el año 2000); y en otros medios, la Cadena SER, el servicio español de la BBC (desde 1994) y la revista Tiempo (desde el año 2000).

Ha conseguido diversos premios, protagonizando una polémica en la entrega de uno de ellos, el Ortega y Gasset de periodismo, a cuenta del discurso pronunciado al recogerlo en el que acusaba al Gobierno de España de la venta de armas a la vez que predica políticas de paz. Ha publicado varios libros fotográficos.

Y aquí os dejo algunas de sus imágenes:








 





 José Jorge Díaz          1º Fotografía

ANNIE LEIBOVITZ. "LA FOTÓGRAFA DE LOS FAMOSOS"





Anna-Lou «Annie» Leibovitz ( Waterbury, Connecticut, 2 de octubre de 1949) es una fotógrafa estadounidense. Fue la primera mujer en exponer su obra en la Galería Nacional de Retratos de Washington D. C. y la última en retratar al músico John Lennon, antes de que éste fuera asesinado en 1980.
Es la fotógrafa mejor pagada del mundo y ha trabajado para revistas como Vanity Fair, Rolling Stone y Vogue. En 1984 fue galardonada por la Asociación Estadounidense de Editores de Revistas como Fotógrafa del año. En 1988 recibió el premio Clio por la campaña publicitaria de American Express. En abril del 2000, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos le dio el título de «Leyenda viviente». En el 2005, la revista American Photo la nombró la fotógrafa más influyente de nuestros tiempos.

Aunque es conocida principalmente por sus retratos de celebridades, Leibovitz ha practicado la fotografía documental y de paisajes, contratada por la editorial Condé Nast Publications desde 1993.Sus imágenes son representadas, desde 1977, por la agencia de fotoperiodismo Contact Press Images.

A menudo, Annie Leibovitz ha sido criticada de abusar de la postproducción. A ella le gusta recargar de retoque sus fotos convirtiéndolas en imágenes irreales. Respecto a este tema hay multitud de opiniones. Frente a los más críticos aparecen los que esgrimen que precisamente ése se convierte en su sello personal y que es algo completamente lícito. Cierto es que cuando realiza retratos más íntimos el retoque deja lugar a una fotografía más sincera y realista.

Como fotógrafa publicitaria, Annie Leibovitz es un auténtico paradigma. No ya sólo por su fotografía si no por su propia marca en sí. Ha sabido extender su idea fotográfica y convertirse en el verdadero icono de sus imágenes, por encima a veces de las imágenes en sí. Sin duda hoy en día hablar de una fotógrafa famosa es hablar de Annie Leibovitz. O como en algunos artículos he leído, “el Zara de la fotografía”.

Leibovitz ha tenido el don de la oportunidad en varios momentos de su vida además de una capacidad creativa y de adaptación única: “Para hacer la mejor foto posible uno tiene que formar parte de lo que sucede, hacer todo lo que hacen ellos, luego puedes estar allí, fundirte con el ambiente y hacer todas las fotos que quieras”. Ese fue el caso de una de sus fotos más célebres, tanto por la belleza de la foto, como por el significado que alcanzaría tan sólo unas horas después de haberla hecho. Se trata de la última foto en vida de John Lennon.


Además aunque con lo que ha triunfado ha sido con la fotografía publicitaria también en 1993 se trasladó a Sarajevo para darnos su particular visión de la guerra y sus horrores. 

Os dejo un enlace a sus fotografías y algunos aspectos de su vida. 

http://www.youtube.com/watch?v=jkhRE_i_ITs

http://www.rtve.es/television/20110107/noche-tematica-fotografia-sus-protagonistas/399944.shtml

 (en español no hay mucho así que espero que os sirva)

Y el enlace de unas de sus sesiones fotográficas con Lady Gaga. 

http://www.youtube.com/watch?v=nzjudoJ6jlk
















Nuria Molina

Sarah Moon


Sarah Moon encuentra en la realidad su momento, observa minuciosa lo que ocurre e imagina lo que puede llegar a suceder, espera ser sorprendida por los sucesos y crea una atmósfera que solo desde su interior puede llegar a transmitir, ya sea inesperada o preparada elige y compone la escena dejando siempre abierta la posibilidad del azar.


“Siempre he sentido la fotografía como una posibilidad de hacer una puesta en escena, de contar una historia en imágenes. Busco una imagen con un mínimo de información y referencia, una imagen no situada y que pese a todo me hable, que evoque lo que pasó y lo que va a pasar después. Se perfectamente que se puede denunciar esta forma de fotografía pero porque tiene que haber tan solo una forma de fotografiar? Quiero crear imágenes con los elementos que elijo, narrativas o evocativas, mas allá del documento sobre la mujer que lleva un traje. Me doy un marco literario, me cuento una historia. Es el único trampolín que he encontrado para saltar. Por otro lado, la fotografía aplicada me interesa porque me permite el evitar la gratuidad. El contrato entre cliente y fotógrafo me parece totalmente honesto, se me da la oportunidad de hacer imágenes, a condición que presente el producto desde un punto de vista favorable, se me paga para hacerlo y se me facilitan los medios para hacerlo bien. Esto me obliga a seguir una disciplina que necesito. Pues realizo mas fácilmente las cosas cuando estoy obligada. Hacerlas solamente por placer me parece de locos.”




“El instante puede pasar o no. El regalo, que no depende de nosotros. Tan solo podemos esforzarnos para estar listos. Es lo mas duro. El trabajo invertido, la intensidad, la espera, la esperanza no bastan. Nos podemos esforzar inútilmente durante horas y de golpe en tres minutos, en el buen lugar, en el buen momento, justo bajo este punto de vista el azar muestra lo que quería expresar.”







A menudo me digo. Me gustaría hacer una foto en la que no pase nada. Mi sueño sería alcanzar esta depuración. Pero para quitar primero tiene que haber algo. Cuando trabajo con decorados, a veces se me ocurre borrarlos de mi foto, o mezclarlos o usar espejos para que no se sepa ya cual fue el decorado. Me gustaría que quitasen el maquillaje para que nadie se fije en el maquillaje, que quiten las ropas, paso mi tiempo quitando, para que algo me sorprenda, para que no se sepa que estoy en un estudio, con un modelo que he elegido, un decorado sobre el que he discutido durante horas, una luz que hemos preparado durante todo el día. Al final lo que me hace decidirme es la impresión de reconocer algo. Como si de golpe sintiese: -si, es eso- de hecho estas son las palabra que me vienen a la boca. Reconozco algo que sin embargo nunca había visto, que escapa a todas mis construcciones. Como esa foto del vestido de lunares, con la espalda de Susane, Me gusta su pesadez, de golpe me di la vuelta y allí estaba, Eso son los regalos.”



“Tengo miedo de pasar al lado de algo, frente a todas estas condiciones tan laboriosamente reunidas y que mañana ya no estarán. Yo sé que tengo, en mi manera de trabajar, algo de terrorífico con respecto al tiempo. Cuando estoy emocionada por la belleza de una chica, es por lo que tiene de fugitiva, por el sentimiento del instante que hay que capturar. Siento la belleza que pasa y se va, y eso también me desespera a mí, porque me pregunto si he estado a la altura de este privilegio y si he sabido hacer lo que tocaba para dar fe de ello. Nuestra angustia, nuestro sentimiento de culpabilidad, es que sabemos que depende de nosotros, de la mirada que posamos sobre las cosas. No es solo el instante en el que fotografiamos, que es demasiado corto, no solo el día del trabajo, pero toda nuestra existencia de fotógrafos, siempre tenemos este miedo de que haya pasado. Tal vez debería decirme simplemente que no debo estar mucho tiempo sin trabajar, que hay que hacer andar la máquina, que si no anda, no me doy una ocasión de que esto ocurra. Debería aceptar la posibilidad del fracaso, decirme que finalmente no tiene ninguna importancia, que, si no puedo permitirme el fallar un pedido, tengo al menos el derecho de fallar lo que hago para mí misma. Debería decirme: cada día voy a sacar una foto”.



“La luz, es el idioma mismo de la imagen, el primer rol: sorprende, decepciona, sublimiza o desfigura, pero no hay fotografía sin ella”


“A menudo envidio aquellos que saben fotografiar la vida. Yo la rehuyo —empiezo de la nada— no testifico sobre nada- me invento una historia que no cuento, me imagino una situación que no existe- creo un lugar o borro otro, desplazo la luz- desrealizo y luego ensayo[...]”


Libros de Sarah Moon: CoincidencesEncuentros casualesSouvenirs improbables,Sarah MoonInventarioPhoto poche 78:Sarah Moon, en ellos se pueden ver unidos sus trabajos de encargo en el mundo de la moda y la publicidad junto a sus imágenes mas personales. No hace distinción.




Realizado por José Corbacho Martín



HOMENAJE A UN MAESTRO: HELMUT NEWTON


Hola otra vez.

Disculpad el retraso y el dejar de hacer esto mes a mes, le pegaré un empujón y lo pondré al día…

Después de hablar de dos iconos del siglo XX: Irving Penn, con sus grafismos, sus altos contrastes y su silencio; y Richard Avedon con ese estilo ágil y trepidante que refrescó la moda después de Cecil Beaton. Es hora de hablar de alguien muy especial para mí, que personalmente me caló muy hondo, junto con otro, Miguel Oriola, que cuando solo tenía 18 hippiescas primaveras (sí, sí, muy literales y alocadas) me cambió la forma de ver, modelando ese basto bloque de barro que después yo mismo cocería, despertando así a mi "jeta", ese "hombre-animal" con cara de león que me persigue a cada pasito que doy por esta vida y me dice cosas al oído cuando nadie mira… Lo que vengo a contar con esto, ya bajando de las ramas, es que si parte de mi trabajo fotográfico tiene una gran carga erótica o directamente sexual, para algunxs incluso obscena (lxs que me conocéis bien y habéis podido verlo lo sabéis) fue en principio por culpa de estos dos señores y hoy día sigue sumando la lista con cracks como Klein, Meisel y un largo etc…

Así que sin más preámbulos autobiográficos (total, tampoco hay mucho, solo tengo 23 años) paso a contaros un poco su historia.

HELMUT NEWTON:


Este fotógrafo judio-alemán nacido en el Berlín de 1920 y fallecido en un accidente de tráfico el 31 de octubre del 2004 (un mes y seis días después de la muerte de Avedon). A la tierna edad de 12 años, cuando aun se apellidaba Neustädter, compró con sus propios ahorros la primera cámara de su entonces inexistente carrera, una AFGA Tengor Box. Cuatro años más tarde se convierte en discípulo de la fotógrafa Else Ernestine Neuländer-Simon A.K.A Yva (tengo pendiente un rastreado serio de su obra, promete mucho, era muy avanzada a su época; lamentablemente, no sobrevivió al holocausto) que le influencia fuertemente a coger un camino que poco podía entender el padre de este genio, que tenía previsto para su hijo seguir con la fábrica de botones que poseyó hasta 1938, momento en el cual su familia se exilia en Suramérica y el huye a Singapur con una Kodak y una Rolleicord que pronto le darán de comer, aunque no por demasiado tiempo, haciendo fotografías por primera vez de forma profesional para el "Straits Times", periódico al que no gustaban mucho el estilo fotográfico del chico, por lo que dos meses después ya no tenía trabajo. Se fue a Australia, donde estubo en un campo de internamiento por ser ciudadano alemán, pero en un espacio aparte por no tener pasaporte, ya que se lo decomisaron al salir de Alemania, salió del campo al alistarse en el ejercito australiano, donde permaneció hasta el final de la II Guerra Mundial. En 1945 pasa a apellidarse Newton y monta su propio estudio en Melbourne, tres años más tarde se casa con la actriz June Burnell, más conocida en la fotografía como Alice Springs, la cual en la década de los 70 acabaría portadas para Elle y fotografiando a gran cantidad de famosos, como Yves Saint Laurent, todo porque un día su esposo estaba enfermo y tenía que cumplir un encargo para la marca de cigarrillos Gitanes, después de unas nociones básicas del manejo de la cámara, June despegó sola. El ahora apellidado Newton trabaja duro en su estudio hasta que consigue dar el salto a Vogue Australia. En 1956 logra su primer trabajo con un suplemento del British Vogue edición australina. Pese a la oportunidad de firmar en la cabecera de la famosa revista y volar a Londres con el sueño cumplido de un contrato por 12 meses, solo un mes más tarde se va a París donde se instala definitivamente en 1961 y sigue trabajando con revistas francesas y alemanas. En París encuentra el estilo que lo define, encuentra esa perversión característica que irá aumentando con el tiempo, trayendo la controversia a la moda y llevando a una época dorada a Vogue París. Amante de la luz natural y el blanco & negro que por lo general usaba en sus imágenes de técnica muy depurada y sin retoques. Una enorme cantidad de famosas querían aparecer en la película que había tras su obturador, elevó aún más a Yves Saint Laurent desde la década de los 60. Mr. Newton es sinónimo de sensualidad sexual y estilo, su fetiche eran las piernas, provocador, marcó una antes y un después con su ruptura de las reglas formales en la moda y un estilo claramente reconocible.










































Siento no haberme podido documentar más ni hacerle justicia real a este magnífico, tengo pendiente para este verano la lectura de su autobiografía, junto con "Estética fotográfica" de Fontcuberta y "Fotografía de Creación" de Gomez Isla.

Por: Pablo Leono (Pablo Pérez León) 1º de fotografía artística