Os presento a Ryan Mcginley, fotógrafo norteamericano de mi generación.
Una peculiaridad: en su juventud cubrió las paredes de su apartamento con retratos Polaroid de toda persona que lo visitó. Hay quienes ven cierta carga erótica en sus fotografías para mí destacan porque invitan al placer y la liberación.
Una peculiaridad: en su juventud cubrió las paredes de su apartamento con retratos Polaroid de toda persona que lo visitó. Hay quienes ven cierta carga erótica en sus fotografías para mí destacan porque invitan al placer y la liberación.
Comenzó fotografiando a gays, graffiteros, skaters, músicos y artistas underground (corrompidos por el sexo y las drogas) en su entorno real. De ahí pasó a provocar situaciones teniendo como modelos a jóvenes escuálidos y desnudos (mayoritariamente amigos y conocidos suyos)
En contínua evolución, de sus últimas series merecen especial atención "Moonmilk" y "Animals" donde introduce cuevas prehistóricas como escenario, en la primera, y la interacción de sus modelos con animales, en la segunda.
Ha publicado varios libros de fotografía. Su primer libro "Los chicos están bien" (2002) lo realizó a mano y se encargó personalmente de distribuirlo enviándolo a todas las personas que respetaba y admiraba en el mundo del arte. Así es como se dio a conocer y logró exponer una muestra individual en el Museo Whitney de Nueva York con tan sólo 26 años.
Mcginley utiliza película de 35 mm y hace sus fotografías usando una cámara Yashica T4 o una Leica R8.
En el siguiente enlace tenéis su página web donde podéis documentaros más ampliamente si os interesa. No quedaréis indiferentes ante su descaro.
Jorge Alba García
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