Francesca Woodman: retratos de una
artista suicida.
Francesca Woodman (Denver,
1958 - Nueva York, 1981) creció rodeada
por el arte y los artistas. Hija de la ceramista Betty Woodman y el
pintor George Woodman, su infancia transcurrió entre Boulder (Colorado) y
Antella (en la Toscana italiana). Su formación se inició en un instituto
privado de Massachusetts y continuó en la Rhode Island School of Design (RIDS).
Tras dos años en la escuela, pasaría un año de intercambio en Roma como parte
del programa European Honors en el Palazzo Cenci. Rápidamente se integró en un
grupo de artistas ligados a la galería y librería Maldoror, siendo la única
americana participante en una exposición de cinco jóvenes artistas en la Ugo
Ferranti Gallery.
A finales de 1978, Woodman volvió a la RSID para finalizar sus estudios,
graduándose en 1979. Ese mismo año se mudaría a Nueva York, estancia que
interrumpiría para disfrutar de una residencia artística en la colonia
MacDowell en Peterborough, New Hampshire. Francesca Woodman se suicidó el 19 de enero de 1981, con
veintitrés años, cerrando así una trayectoria breve pero de una
intensidad extraordinaria. Antes de saltar por una ventana del Lower East Side
de Manhattan, en una carta a un amigo escribía las siguientes palabras: “Mi
vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y
preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando
atropelladamente todas estas cosas delicadas”.
Durante años, la obra de Francesca Woodman tuvo una difusión escasa,
incluso entre la comunidad fotográfica. Su
primera gran exposición tuvo lugar en 1986, cinco años después de su muerte,
en el Wellesley College Museum. La muestra, que itineró por un gran número de
museos universitarios en EE.UU. acompañada por un pequeño pero erudito catálogo
con textos de prestigiosos historiadores del arte como Rosalind Krauss y
Abigail Solomon-Godeau, consiguió catapultar póstumamente a Woodman a un nivel de atención poco común para una
artista tan joven y oscura. Tras esa primera retrospectiva, el trabajo
de Woodman ha sido exhibido en la Fundación Cartier de París (1998), itinerando
por sedes como el Kunsthall (Rotterdam) o la Photographers Gallery (Londres).
Su obra ha formado parte de diversas exposiciones colectivas y está presente en
las colecciones del Metropolitan Museum, el Whitney Museum, el Museum of Modern
Art-MoMA y la Fundación Cartier. Actualmente
puede visitarse en el SFMoMA (San Francisco Museum of Modern Mart) una amplia retrospectiva que viajará
al Museo Guggenheim de Nueva York en 2012.
En menos de una década, Francesca Woodman creó, antes de
morir con tan solo 23 años, un potente conjunto de fotografías en el que exploró el cuerpo humano y el complejo
problema de representación del yo.
Íntimo, directo y visceral, el trabajo de esta fotógrafa revela la inusual
y coherente visión de una artista que, pese a no llegar a la edad adulta, ha
influido considerablemente a posteriores generaciones de artistas. A Woodman le interesaba principalmente el retrato,
y centró preferentemente su producción sobre la exploración despiadada de su
propio cuerpo, habitualmente desnudo. Con un marcado carácter autobiográfico,
sus fotografías la muestran en escenarios melancólicos, habitaciones en las que
la artista retrata la soledad, el
olvido y el paso del tiempo. Su figura, mostrada al desnudo en
interiores destartalados y con cierto aire gótico, se mueve entre la aparición
y la desaparición, la sexualidad y la inocencia. En algunos trabajos su cuerpo aparece
borroso, en movimiento, escondido tras papel pintado. En otros aparece presa de
ventanas o debajo de muebles, posando con objetos simbólicos o entreviéndose
tras ropas andrajosas.
Inusualmente talentosa y precoz, la compacta carrera de Woodman muestra a
una artista a punto de eclosionar. Sin
ser todavía una mujer madura, tampoco se trata del trabajo de una niña inocente,
su obra se mueve en un momento provisional y tumultuoso anterior a la verdadera
madurez, siendo introvertido, experimental e incompleto.
El trabajo de Woodman se sitúa frecuentemente junto a la de sus
contemporáneas Ana Mendieta y Hannah Wike, así como de artistas de generaciones
posteriores como Cindy Sherman, Sarah Lucas, Nan Goldin and Karen Finley,
debido a sus diálogos con el yo y la representación del cuerpo femenino.
http://www.youtube.com/watch?v=5i-b5OKL_Fw
http://www.youtube.com/watch?v=SeHGeHC5Ypg
Nota personal: Os dejo está entrada porque
realmente me encanta está fotógrafa. La descubrí no hace mucho gracias a un
amigo. ¡Espero que disfrutéis!
Nuria Molina
Nuria Molina
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